A pesar de que Ken Robinson no se abandera por ninguna metodología pedagógica en particular, la mayoría de sus ideas y teorías están alineadas con Montessori, como podrán haber visto en sus charlas TED y otras presentaciones. Y este libro no es la excepción. “You, your child and school” (Tú, tu niño y la escuela) sigue el mismo estilo que lo ha hecho mundialmente famoso: es fácil y entretenido de leer, a la vez que expone con claridad y contundencia sus puntos. Muestra principios y consejos para apoyar a los niños en su etapa escolar, y plantea importantes preguntas a los padres, ¿qué esperamos de la educación de nuestros hijos? A continuación les comparto los aspectos que más me llamaron la atención:
• Expone que uno de los grandes problemas de la educación actual es que tiene una idea muy limitada de lo que es la inteligencia, acotándola casi exclusivamente a los aspectos académicos. Reconociendo la importancia que esas áreas tienen, plantea que no es lo único que constituye la inteligencia, ejemplificando con la teoría de las inteligencias múltiples del psicólogo Howard Gardner. “Cuando la educación opera en una estrecha idea de lo que son las habilidades, todo tipo de otras habilidades pueden quedar sin descubrir. Tu niño puede tener muchos talentos e intereses que no son reconocidos en el colegio. El colegio, tu hijo y tú pueden concluir que no es muy inteligente, cuando el problema real es que ‘inteligente’ está siendo definido de una manera demasiado reducida. Cuando reconozcamos que todos los niños son inteligentes en una variedad de maneras, podremos ver que tienen muchos caminos para realizarse, y no sólo uno”. En esta misma línea, lamenta que la educación tradicional otorgue más importancia a materias como matemáticas, ciencias o lenguaje, en desmedro de otras que él considera muy importantes, como educación física, danza o arte. “Vivir en el mundo requiere más que la habilidad con las palabras y los números; implica trabajar con personas y materiales y arreglárselas en circunstancias prácticas”.
• Según Robinson, vivimos en dos mundos: el mundo que está alrededor tuyo y el mundo que está adentro tuyo. El primero existe aunque tú no existas, es el mundo físico del mundo material y la naturaleza, el mundo social de otras personas, historias y culturas. El segundo existe sólo porque tú existes, es el mundo de la conciencia, los sentimientos, las ideas, la imaginación, las esperanzas y las ansiedades. Robinson postula que la educación debe ayudar a las personas a entender el mundo exterior, cómo funciona y cómo operar en él. Pero también debe ayudarlas a entender su mundo interior, cómo sienten y piensan, cómo reconocen sus talentos, intereses y características que las hacen ser quienes son. Aquí, el autor nos entrega su visión del objetivo de la educación: “Permitir a los estudiantes entender el mundo alrededor de ellos y los talentos dentro de ellos para que puedan convertirse en individuos realizados, y ciudadanos activos y compasivos”. Dentro de este objetivo, detalla cuatro propósitos de desarrollo, todos igual de importantes: económico, social, cultural y personal. Cuando habla de último, recalca que finalmente ninguno de los otros tres propósitos se puede lograr si olvidamos que todo se trata de los corazones y las mentes de las personas, y no de puntajes y estadísticas. “Piensa en tus niños, esos individuos únicos a los que quieres y atesoras, a quienes nadie conoce tan bien como tú. Para beneficiarlos como se debiera, la educación tiene que intrigarlos y avivar desde adentro hacia fuera”.
• En su libro anterior, “Creative Schools”, Robinson presenta las ocho competencias que debieran estar presentes durante toda la etapa escolar para que los niños puedan enfrentar los desafíos económicos, sociales, culturales y personales de la vida:
1.- Curiosidad.- La primera prioridad de la educación es mantener viva la curiosidad innata de los niños. Cuando ellos quieren aprender, disfrutan su educación y aprecian sus desafíos.
2.- Creatividad.- Los desafíos a los que se enfrentan – y enfrentarán -los niños hace necesario que la educación los ayude a desarrollar su pensamiento y acción creativos.
3.- Pensamiento crítico.- Destaca que en el bombardeo de información (real y falsa) y opiniones que trae internet, esta competencia se vuelve fundamental: examinar ideas e información a través de la razón y la evidencia. Hoy más que nunca deben pensar de forma crítica acerca de lo que ven, poniendo atención a los sesgos, verdades y tonterías.
4.- Comunicación.- Como seres sociales que somos, la comunicación es esencial. Esta no se limita a las palabras, incluye las artes visuales, música, danza, teatro, etc; los que permiten comunicar pensamientos y sentimientos de otras formas.
5.- Colaboración.- Robinson afirma que la competitividad ha sido excesivamente utilizada en los colegios para mejorar sus estándares. Dice no estar en contra de la competitividad per se, pero que la colaboración es igual de importante para alcanzar los logros y para fortalecer las comunidades.
6.- Compasión.- La compasión es la práctica de la empatía, reconocer los sentimientos del otro. Muchos de los problemas de la juventud provienen de la falta de empatía, como el bullying, la violencia, el abuso en todas sus versiones y los prejuicios.
7.- Dominio de sí mismos.- El propósito es ayudar a los niños a conocerse a sí mismos, sus motivaciones y capacidades, y a poder lidiar con su mundo interior.
8.- Ciudadanía.- Ser ciudadanos activos, informados, conscientes de sus responsabilidades, deberes y derechos. Los colegios debieran ejercitar esto y no sólo quedarse en la teoría.
• “Un colegio es una comunidad de personas que aprenden. ¿Qué hace que un colegio sea bueno? Debería crear las mejores condiciones para que los niños aprendan y se desarrollen cognitiva, afectiva, social y espiritualmente. Debería sacar lo mejor de ellos como individuos y ayudar a desarrollar las competencias para hacerse un lugar en el mundo”. Los siguientes elementos influyen en esa evaluación:
– Currículum.- el contenido que los niños deben aprender.
– Profesores.- son extremadamente fundamentales en la educación. De los múltiples roles que Robinson destaca en ellos, hace énfasis en:
a) Facilitar.- crear las mejores condiciones para que los niños aprendan, ya que nadie puede aprender por ellos.
b) Comprometer.- los grandes profesores mantienen a sus estudiantes involucrados, curiosos y excitados por aprender. Los inspiran para entregar los mejor de sí mismos y les infunden amor por el aprendizaje.
c) Empoderar.- Es hacer que los niños sean más fuertes y tengan más confianza: ayudarlos a desarrollar los conocimientos, destrezas y cualidades necesarias para enfrentar los desafíos de la vida.
d) Tener expectactivas.- Los grandes profesores saben tener las expectativas adecuadas de sus alumnos.
– Evaluaciones.- Entender cómo les está yendo, académica y emocionalmente.
– Horarios.- La organización de los recursos y el aprendizaje.
– Ambiente.- El lugar físico, tanto interior como exterior, en el que se lleva a cabo el aprendizaje.
– Cultura.- Los valores y comportamientos que el colegio promueve.
• Robinson habla de la importancia de que las familias se involucren en el proceso educativo de sus hijos. Explica que hay mayores probabilidades de éxito cuando esto sucede y que las familias no deleguen toda la responsabilidad de la educación en el colegio. Después de todo, la educación comienza por casa. Mientras más cercana y colaborativa sea la relación entre ambos, mejor se podrá ayudar a los niños en caso necesario, mejor será la actitud de los niños hacia el aprendizaje y se creará una comunidad más fuerte y unida. Destaca la importancia de que los padres participen en el colegio en varias instancias: desde las reuniones personales con los profesores hasta las actividades comunitarias con todo el colegio. Los insta a participar como voluntarios y ofrecer sus conocimientos para la comunidad.
• También habla del estrés, del exceso de pruebas estandarizadas y tareas; de los diagnósticos de déficit atencional y del bullying; de la importancia del juego, de estar al aire libre y de los recreos, entre otras cosas.
• Finalmente critica el exceso de presión para que los niños sigan carreras universitarias tradicionales, las que según él ya están saturadas, e invita a los lectores a mirar con el mismo respeto a las carreras técnicas. También habla de lo enriquecedora que puede ser la experiencia de tomarse un año sabático antes de empezar la educación superior.
«You, your child and school» está disponible en inglés y lo puedes comprar aquí. Puedes escuchar a Sir Ken Robinson hablando de su libro aquí.