Ambiente preparado de 3 a 6 años. Colegio Huelquén Montessori.Así como “guía” es el nombre dado a los profesores, “ambiente preparado” es el nombre de la sala de clases en Montessori. En ella no se dictan clases como las conocemos todos quienes asistimos a colegios tradicionales, entonces no son como las salas de clases tradicionales. Las aulas Montessori son grandes y están equipadas con muebles del tamaño de los niños, para que puedan moverlos fácilmente: unir mesas para trabajar o almorzar juntos, estudiar de forma individual, o despejar un área para trabajar en el suelo, donde despliegan alfombras y material. Los vasos y jarros son de vidrio, los platos son de loza, los cubiertos son metálicos (y sí, hay cuchillos con filo; y los niños aprenden a manipularlos desde que son muy chiquititos). Es raro que haya plástico o cosas desechables. Hay un área de cocina con un lavaplatos a la altura adecuada para que los niños laven lo que usaron después de almorzar. Hay hornos, hervidores de agua, e incluso baños.
Los salones se dividen en áreas, cada una con sus repisas a la altura de los niños con abundante material específicamente seleccionado y prolijamente ordenado para el grupo por parte de la guía. Por ejemplo, en Casa de Niños (de 3 a 6 años), encontramos las siguientes áreas:
- Vida Práctica.- Materiales de aseo para mantener la limpieza de la sala, elementos de cocina (reales) para preparar colaciones y almorzar, materiales que les permiten a los niños practicar para desenvolverse de manera independiente en sus vidas, como tablas para abrocharse los botones, los zapatos, etc.
- Sensorial.- Materiales usados para refinar los sentidos: vista, gusto, olfato, sonido y tacto. Aquí aprenden a graduar por colores, tamaño y peso; y experimentan con distintas texturas, sonidos; entre otras cosas. Esta área se relaciona mucho con la geometría, área que se trabaja muy fuerte desde muy temprano.
- Matemáticas.- En mi opinión, esta es el área más fascinante de todas. Cuenta con una cantidad de material maravilloso, que hace de la iniciación a las matemáticas un trabajo muy práctico y concreto, cualidad que se mantiene hasta avanzada la educación básica, cuando los niños son capaces de manejar conceptos abstractos. Se trabaja con cuentas o perlas, barras, tablas y barras de madera, e incluso con cubos del binomio y el trinomio. Sí, desde preescolar. A temprana edad realizan trabajos complejos como el banco o el tablero de la multiplicación, y en años posteriores se vuelve más interesante aún.
- Lenguaje.- En esta área se encuentra material para aprender a leer y escribir. Hay letras de lija que los niños recorren con el dedo y luego trazan en una bandeja con sémola y después en papel; hay un fantástico material llamado “alfabeto móvil” donde los niños arman sus primeras palabras usando letras recortadas; hay cajitas con frases, trabalenguas, adivinanzas. Y por supuesto, hay libros. Muchos libros a los que los niños pueden acceder en cualquier momento y disfrutar en un rincón de lectura. Más adelante hay muchas cajas para trabajar gramática, que en el mundo Montessori se enseña de forma concreta y también usando material. Más adelante escribiré un post acerca de ello.
- Cultura.- Reúne todo lo que pasa en el mundo: ciencias, historia, geografía, botánica, astronomía, arte, idiomas, música, etc… En esta área podrás encontrar desde planisferios (puzles de los continentes con sus países), banderas, fotos de distintos lugares y pueblos del mundo, plantas, conchitas, líneas del tiempo de periodos históricos, modelos de esqueletos, órganos internos y también del sistema solar; libros de ciencias, material para hacer arte, maquetas de accidentes geográficos, y un etcétera que podría ser infinito.
No es inmóvil. No es silencioso.
Recuerden que los niños pueden elegir libremente su trabajo dentro de todas estas
alternativas, y tienen libertad de movimiento dentro del salón. Es una libertad para moverse con un propósito y respetando las reglas (cuando vino nuestro vecino – alumno de un colegio tradicional- a jugar un día a nuestra casa, no podía creer que en Montessori los niños no tuvieran que pedir permiso para ir al baño). Por lo tanto, en un salón hay permanente movimiento. Cada niño o grupo de niños trabajando en distintas áreas y trabajos, moviéndose libremente como su trabajo lo requiera. También hay ruido, porque los niños pueden conversar, trabajar en grupos, resolver dudas entre ellos, dirigirse a las guías, etc. Algunas salas ponen música suave, otras no. Si los decibeles suben demasiado, se llama al orden. Puede ser pidiéndolo, tocando una campanita o jugando al juego del silencio. La guía se mueve por el salón presentando trabajos individuales o colectivos, pero sobre todo observando y tomando notas.
En todo ambiente preparado debe haber:
- Libertad para explorar, elegir y moverse.
- Estructura, orden, limpieza y belleza.
- Elementos reales (como los vasos de vidrio, cuchillos con filo, etc) y naturales.
- Ambiente social donde los niños pueden interactuar y fortalecer la compasión, la empatía, la colaboración y el trabajo en equipo.
- Ambiente intelectual apoyado por todas las características anteriores.
Como habrán podido ver, un ambiente preparado requiere de mucho trabajo y permanente dedicación por parte de las guías. Ellas eligen el material adecuado para cada etapa del desarrollo y van modificándolo de acuerdo a las necesidades de los niños. En el noveno capítulo de su libro “Montessori Madness”, el estadounidense Trevor Eissler resume muy bien esta flexibilidad que el ambiente preparado permite:
“En un colegio Montessori, si un niño no muestra interés alguno en las matemáticas, la guía no hace nada al respecto durante un tiempo. Semanas, incluso meses. Permite que el niño descubra ese interés de forma espontánea, y casi todos los niños lo harán. Pero ¿cuánto tiempo es demasiado tiempo para esperar? (…) Si la evasión es tan prolongada que pone en jaque el aprendizaje futuro, la guía tiene la habilidad de modificar el ambiente. Por el solo hecho de que pasa una gran parte de su tiempo observando, puede preparar el ambiente de manera más efectiva para que atraiga al niño a elegir una actividad que antes no había considerado o no le interesaba. Si el niño tiene un enorme interés hacia el basketball, por ejemplo, la guía puede crear una lista de estadísticas deportivas. El niño puede sacar promedios de puntajes, sumar puntos, calcular porcentajes de triunfos y derrotas. Al afinar el ambiente alrededor de cada estudiante individualmente, la guía puede ayudar a ampliar las elecciones que los niños están haciendo, sin usurpar el poder que ellos tienen de tomar las decisiones. Esto permite que los niños mantengan la emoción del descubrimiento”. 
